Alfayomega

Arquitectos: Maite Apezteguia Elso y Juan Carlos Linares Fernández
Fotógrafo: Bernardo Apezteguia Palma
Situación: Zabalegui, Noáin, Valle de Elorz (Navarra)
Fin de obra: 31/10/19
Fabricante de ladrillo: Cerámica Malpesa

ALFAYOMEGA

Zabalegui es una pequeña localidad de Noáin, Valle de Elorz (Navarra). Tiene 34 habitantes. Su cementerio se encuentra en medio de los campos de cultivo que rodean a este núcleo agrícola. Es un recinto rectangular, cerrado por muros, de 13,50×9,00 m y superficie de 121,50 m2.

Los enterramientos se hacen en tierra, coronando los túmulos con unas humildes cruces de madera en las que aparecen grafiados los nombres de los difuntos y las fechas de su defunción.

Resulta ser un lugar emocionante por su igualitaria humildad, su modesta formalización y un silencio que invita al recogimiento.

Estado previo / Al iniciar la rehabilitación, algunos de los muros de cierre se encontraban en peligro de caída inminente. La aparición de gruesas grietas verticales anunciaba su próximo derrumbe.

Los recursos económicos disponibles eran muy limitados. Con una subvención de 21.000 euros del Gobierno de Navarra y una aportación de 6.000 del Concejo, se pagó la rehabilitación completa.

Rehabilitación / La urgencia de la actuación era devolver la estabilidad al cierre del recinto. Pero, al hacerlo, se procuró aumentar no sólo su calidad constructiva sino también su calidad estética. La forma rectangular se descompuso en 4 escuadras, reflejo del orden de creación y crecimiento de este lugar. La N y E como límite del cementerio primitivo. La S y O como marca de su crecimiento posterior.

La escuadra E se mantuvo de mampostería de piedra, revocada de mortero pintado, en memoria de la construcción primitiva.

Las otras tres se levantaron con ladrillo cerámico blanco y celosías, del mismo material y color.

El ángulo N se construyó con una doble hoja compuesta por ½ asta de ladrillo macizo forrada, por su cara exterior, con celosía. Esta composición conseguía preservar la intimidad del interior desde la plaza de acceso. Los ángulos S y O se levantaron, en cambio, con una hoja simple de celosía de manera que, a su través, se podía percibir el bello y cambiante paisaje del entorno. Las escuadras N y E se cosieron mediante la puerta de entrada, reutilizada pero colocada sobre nuevos ejes de giro. Las escuadras S y O se ataron mediante una nueva reja, culminada con la Cruz que aportó un vecino.

Desde el interior se entrevé el paisaje. Desde el exterior se perciben las sombras de lo que allí sucede. Y precisamente, en este juego de luces y sombras, de opacidades y transparencias radica la belleza y de este objeto.
Una pequeña y delicada caja blanca, erigida sobre un ligero promontorio entre campos de cultivo, que parece ser un cofre tallado, una minúscula joya de orfebrería hecha con encaje cerámico. Un material, la celosía cerámica, extraída de su medio habitual y trabajada de manera singular, para conseguir sacar de ella toda su potencial expresividad.