Fabra & Coats

Mención Ladrillo

Arquitectos: Roldán + Berengué arqts. (José Miguel Roldán y Mercé Berengué Iglesias)
Colaboradores: Vicenç Sanz, Zana Bosnic, David Espuña y Miquel Canyellas
Fotógrafo: Jordi Surroca + Gael del Río
Situación: Barcelona
Fin de obra: 25/06/19
Fabricante de ladrillo: Cerámica Pierola

FABRA & COATS

La nave G forma parte del conjunto catalogado de la antigua fábrica de Fabra & Coats de Barcelona. Fue construida en 1905 como almacén. Tiene 100 m de largo, 15 de profundidad y 11 de altura, y consta de dos plantas separadas por un forjado de hormigón.

La estructura, fachada y cubierta, es una unidad construida en fábrica de ladrillo macizo de 30 y 45 cm de grosor, estructura interior de acero y cubierta de taja árabe, que forma una crujía de 3,4 m de ancho que se repite 24 veces.

En su interior se han construido 46 viviendas para jóvenes en cuatro niveles, que ocupan el 80% de la nave, mientras que el resto se ha destinado a sede de la Colla Castellera Jove de Barcelona.

La intervención en la nave activa todos sus elementos originales para el nuevo programa y reutiliza las cualidades físicas, espaciales e históricas de la envolvente cerámica.

  1. La primera decisión pasa por poner en valor la máxima dimensión de la nave, su longitud de 100 m: accedemos a las viviendas por el centro creando una plaza interior desde la que se inicia el recorrido de las escaleras en doble diagonal ascendente que comunica física y visualmente toda la nave desde la planta baja hasta las cerchas de la cubierta. El vestíbulo relaciona también la nave con la calle Parellada y con la plaza interior del recinto de Can Fabra. Este espacio comunitario en cascada es la nueva aportación estructural al edificio original.
  2. La nueva construcción es por “ensamblaje”, es una construcción en seco realizada con muy pocos materiales, al igual que en la nave industrial. Se usa mayoritariamente la madera, en todas sus formas: maciza, aglomerada, contralaminada… y se ensambla a la manera de un tejido. Coser y descoser, la nueva construcción puede ser montada y desmontada: es “reversible”.
  3. La nave existente actúa como amortiguador térmico de las viviendas, que se separan de las fachadas y la cubierta originales de la nave y tienen su propia fachada de madera. Se crea un espacio intermedio por donde circula el aire con el objetivo de que no haya que climatizar las viviendas durante la mayor parte del año.

Se han conservado los muros de ladrillo visto en su totalidad, no solo como fachada exterior sino también como fachada interna de los espacios comunitarios de las viviendas. En el vestíbulo de las viviendas, un nuevo muro escalonado de ladrillo en blanco acompaña la doble diagonal de las escaleras y contrasta en color y textura con los muros originales, en los que se han conservado numerosos elementos como testimonio de su uso anterior: rótulos, pinturas, anclajes…

En el local de la “colla castellera”, los nuevos muros de ladrillo visto también estructuran los espacios de circulación, pero en este caso forman un continuo cromático con los elementos de madera también vista que forman la estructura y el revestimiento acústico de la sala de entrenamiento.